viernes, 15 de octubre de 2010

GASPAR. UN LLUITADOR


Conocimos a Gaspar en marzo de 2010 gracias a una llamada anónima informando que lo iban a sacrificar en el CAD de Granollers porque era un perro con pocas posibilidades de ser adoptado.

Ya en otro momento hablaremos de ese “gran” centro llamado CAD de Granollers donde lo importante es la imagen y la gestión de “recursos” marcada por el siempre infame Consell Comarcal del Vallès Oriental. Pero eso es otra historia.

Gaspar nació en enero de 2005 y no tuvo suerte. Su primera casa fue un calvario de golpes, insultos, malos tratos y agresiones que marcaron su carácter. El miedo hizo su aparición y se instaló en su corazón. Empezaba a conocer a los humanos.

Su segunda casa fue la calle donde conoció el hambre y el desprecio de las personas. El frio, la lluvia y el no saber donde poder esconderse. El miedo crecia en su interior.

Su tercera casa fue una jaula en el CAD de Granollers. Encerrado con otros perros se refugiaba en un rincón sin atreverse a mover un solo musculo. Tenia comida, tenia agua, pero seguía teniendo un frio que le atenazaba el corazón. Las visitas de posibles adoptantes se sucedían pero Gaspar nunca ha sido un perro vistoso, elegante o llamativo. Era demasiado normal y timido para llamar la atención. Y si alguien lo miraba o se acercaba a acariciarlo su corazón se aceleraba de miedo y se apretaba contra el suelo. A nadie le gustaba Gaspar. Bueno, eso no es cierto del todo. Su aparente fragilidad llamo la atención de algunos voluntarios del CAD que desde ese momento intentaron acercarse a él…. pero el miedo era muy grande y a Gaspar le costaba confiar en aquellas manos y en aquellas palabras dulces. Tenia demasiado miedo al ser humano por haber sufrido palizas de su anterior propietario. Solamente con acercarte a él mirándole a los ojos y se encogía en un rincón, temblando y haciéndose pis.

Llego el dia en que el CAD estaba lleno y llegaron más perros. ¿Qué hacer? Eliminar los menos favorecidos o los más difíciles de adoptar. Las ordenes del Consell Comarcal son claras. Tenemos animales pero los justos para que los animalistas se callen y no molesten. Y le llego la hora a Gaspar.

Por suerte, una llamada nos alertó y conseguimos sacar a Gaspar y a otro perrito.

Su cuarta casa, ya en Vallès Natura, fue la de Sònia y las cosas empezaron a cambiar. No debíamos presionarlo, ni reforzar su comportamiento cuando tenia miedo. Debiamos dejarle su espacio , dejarle avanzar a su ritmo y seria el mismo el que marcase su evolución. Gaspar se encontró dentro de una manada de perros estable donde pudo encontrar tranquilidad. Tenia comida, tenia bebida, tenia su espacio y empezaba a sentir el calor de otros animales. Su miedo a los humanos era todavía brutal pero algo había cambiado.

Poco a poco y durante seis meses su confianza fue creciendo. Una pequeña luz empezó a entrar en su corazón y cada dia era más grande. Ya no se encerraba en un rincón, movia alegre la cola y daba pequeños pasos para salir adelante. Teniamos una puerta abierta y era el momento de arriesgarse.

Su quinta casa fue la de Charo. Y nadie mejor que ella para explicarnos la evolución de Gaspar:

Conocí a Gaspar en Agosto de este mismo año 2010. Lo fui a buscar para llevármelo unos días en acogida junto a Neo, otro perro en adopción de Vallès Natura.
Los dos primeros días fueron difíciles, se escondía bajo una mesa y me miraba con esos ojos llenos de temor. Nunca olvidaré el primer paseo que di con él, me costó media hora ponerle la correa y cuando estábamos paseando por el campo siempre lo tenía dos metros tras de mi y no podía girarme para mirarlo porque le daba un miedo espantoso. Dos días duró esta situación, a partir de ahí todo fue para mejor. Se me acercaba poco a poco, empezó a querer jugar conmigo cuando me veía jugar con mis perros y sobre todo buscaba mis caricias. Se dejaba acariciar con cautela, con miedo...pero buscaba mis caricias.
A partir de ahí nuestra relación empezó a ser especial. Empezó a perseguirme por casa, no había paso que yo diera que él no diera conmigo. Dormía en mi habitación, corría delante de mi cuando íbamos a pasear. Me recibía dando vueltas en círculo y poniéndose a dos patas cuando volvía del trabajo... La confianza también hizo que hiciera alguna trastada, pero todas perdonables...
No puedo decir de él nada más que cosas buenas. Respetó a mis perros, a mis gatos, a los miembros de mi familia les dió cariño, fue un cielo.

Cuando contacté con Pepi, hacía menos de dos meses que había fallecido su perrita. El día que quedamos y le llevé a Gaspar para que lo conociera y lo tuviera unos días a prueba volví a casa muy desanimada, porque la vi llena de dudas, incluso estuve a punto de llevármelo a casa. Cuatro días después me llamó para llevar a cabo la adopción y cuando fui a verla era otra... Estaba encantada con él, lo vi en la expresión de su cara. Me explicaba lo bien que se había adaptado, lo bien que se llevaba con su Yorkshire (incluso duermen juntos) y sobre todo estaba encantada de lo cariñoso que es con ellos. Juega en el patio corriendo arriba y abajo como un loco y sobre todo dice que ya tiene localizado el armario de sus chuches. Me dice que es agradecido y cariñoso...en definitiva, ellos le han dado el hogar que él necesitaba y él ha ido a llenar el vacío que dejó Fiona en sus vidas. Pepi es una amante de los animales y con Gaspar ha sido amor a primera vista.

Por mi parte solo puedo decir que en mi vida hay animales que han hecho que el amor que siempre he sentido por ellos se convierta en verdadera pasión y uno de ellos sin duda ha sido GASPAR.

La sexta y definitiva casa de Gaspar es la de Pepi. Les deseamos lo mejor a los dos. Ahora a los Voluntarios Vallès Natura nos toca salir de nuevo a buscar otros animales que nos necesiten.

Gracias a todos los que habeis participado en darle una nueva vida a Gaspar, él no sabe hablar con palabras pero sus ojos están llenos de cariño.