viernes, 22 de junio de 2012

NIT DE SANT JOAN


Se acerca el 23 de junio, noche de San Juan, de fiesta de alegría y, sobretodo, noche de PETARDOS.

El ruido excesivo es una importante agresión para el perro, cuya sensibilidad de oído es superior a la nuestra.

Cada año la Verbena de San Juan provoca en miles de perros crisis de pánico, les desorienta, les ocasiona dolor y miedo… lo que llamaríamos  FOBIA AL RUIDO.

El perro con fobias siente un miedo irracional y desproporcionado respecto a un objeto o situación real que se lo provoca, él lo vive como una auténtica amenaza, de ahí la angustia y el pánico que le suscita.

Como resultado de ello trata de evitar esa situación, pudiendo presentar como respuesta a ello distintos comportamientos: temblores, jadeos, salivación excesiva, conductas compulsivas ( como dar vueltas, correr de un lado a otro,...), esconderse durante horas o incluso huir ( pudiéndose dar el caso que nuestra mascota escape , si estamos dando un paseo, o bien intentar saltar por el balcón , si estamos en casa  y dispone de acceso libre a ventanas y/o puertas).

La noche de noche de San Juan es conveniente tomar ciertas precauciones: mantén al perro dentro de casa, en una habitación dónde el ruido externo sea más atenuado, cierra ventanas y baja las persianas.

Si el animal tiene una edad inferior a 3 meses, estará en plena etapa de socialización, así que, aprovecha el momento para darle un paseo (en brazos  si no tiene aun todas las vacunas), para que se socialice correctamente con el sonido de los petardos, IGNORANDO cualquier respuesta de miedo que nuestra mascota nos pueda ofrecer, con tal que, más adelante, el ruido provocado por los petardos, no suponga un problema para él.

QUÉ  NO SE DEBE HACER

1.- NO   castigar el miedo o sus “resultados” ( ej. destrozos).
2.- NO intentar calmar al animal cuando está intranquilo o busca la protección del dueño.
3.- NO forzar al animal al contacto con el estímulo y no obligarle por la fuerza a salir de un escondite.

QUÉ FUNCIONA

1.- IGNORAR las señales de miedo del animal.
2.- Crear una zona segura en la casa para evitar lesiones o intentos de huida.
3.- Permitir la retirada y dejar que el perro tome la iniciativa de “salir” del escondite.
4.- Realizar el tratamiento adecuado para el animal: ES CUESTIÓN DE BIENESTAR!

5.- Consultar a vuestro veterinario y a profesionales del comportamiento animal (etólogos).